Y la expansión ha empezado y no se detiene. Primavera de 1954. Otro grupo de seis religiosas, zarpa el océano para llegar, esta vez, no al Sur de Chile; sino en el Norte Chico a La Serena, ciudad tranquila y prometedora en obras y sacrificios. Este segundo grupo está formado por:

• Sor Maria Ida Persia........superiora
• Sor Maria Beniamina Angeloni
• Sor Maria Beatrice Barchetti
• Sor Maria Genoeffa Tedone
• Sor Maria Domenica D´Ignazio
• Sor Anna Di Giacinto

Bajo el patrocinio de San José, el 19 marzo de 1954, del puerto de Nápoles, con el barco “Usodimare”, este segundo y valiente grupo, parte para llegar, directamente a la Serena, pasando por el canal de Panamá.

La mañana de Pascua de Resurrección, 19 de abril, el barco arriba al puerto de Valparaíso donde las esperan los Padre Ricardo Frigerio y el Padre Felix Faggetti , ambos barnabitas que las encaminan y acompañan hasta La Serena donde llegan la tarde del lunes 20 de abril.

La casa está abierta y aquí las esperan Sor Maria Laurina, Sor Maria Gemma y Sor Maria Annunziatina que han llegado desde Calbuco

No hay tiempo que perder, la escuela está funcionando y Madre Laurina distribuye de inmediato el trabajo:

• Sor Maria Beatrice tomará el primer año
• Sor Maria Benjamina el segundo año
• Sor Maria Genoeffa el Kinder

Mientras que Sor Maria Domenica no es a La Serena: desde Valparaíso salió directa Puerto Montt y seguir para Calbuco.

Además de la escuela, hay una casa de ejercicios espirituales y esta estará a cargo de la Madre Ida ayudada por Sor Maria Anna.

Que sufrimiento no poder comunicarse con los alumnos en forma segura, hay que ir siempre con el vocabulario debajo del brazo. También es cierto, que por algunos meses, dos señoritas Chilenas desarrollan las clases, tanto en primero como en segundo año y las religiosas también escuchan y aprenden.

Sor Maria Gemma e Sor Maria Annunziatina, no se quedan con la comunidad, sino que van donde los Padres Baranabitas que además del colegio, tienen un internado, y ellas tienen que ayudar y vigilar en la cocina y el guardarropa.

Cada inicio tiene que empezar con una dote de sacrificios, y estos también en la Serena no han faltado, sean como sean, en escasez de medios, de dificultad para comunicarnos, adaptación al ambiente etc...

Tenemos el ejemplo del inicio de nuestro Instituto y de las primeras aberturas de las casas: Zagarolo, Olevano, Grottaferrata etc... Y a la vez, la confianza en la Divina Providencia, la fe en Dios, porque Él solo es el dueño de nuestras obras y nosotras, más humildes seremos como instrumentos en sus manos, y más brillará su acción en nuestro trabajo.