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Las Hijas de la Divina Providencia (HDP), acogiendo la invitación que el Señor nos ha hecho, procuramos ser signos y portadoras del amor de Dios a los niños y jóvenes especialmente a los más pobres.
Creemos que nuestra Congregación no es sólo fruto de una idea humana, sino de la iniciativa de Dios, que para salvar a los niños y jóvenes suscitó en la Iglesia a Madre Elena Bettini, formando en ella un corazón de Madre y Maestra.
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Dirección de la Congregación Hijas de la Divina Providencia en Chile Avda. Macul 2996
Santiago
CHILE |
Hijas de la Divina Providencia |
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Las Hijas de la Divina Providencia prolongamos la misión de nuestra fundadora. Como ella nos ponemos al servicio de los niños y jóvenes con el estilo providencia, generando con ellos relaciones de afecto y de confianza, acompañándolos por los caminos de la vida para llevarlos al encuentro de Cristo. Buscamos su salvación y su promoción humana, queriendo hacer de ellos “buenos cristianos y honestos ciudadanos”. Vivir y trabajar juntas es para nosotras una exigencia fundamental y un camino seguro para realizar nuestra vocación. Vivimos en comunidades desde las que nos dedicamos a “educar evangelizando y evangelizar educando”. Actualmente estamos presentes en Italia, Chile, EEUU, India, México y Polonia. |
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Madre Elena Bettini |
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La Venerable Madre Elena Bettini nació en Roma el 6 de Enero de 1814. Un providencial encuentro con Padre Tomás Manini en la Parroquia de San Carlos ai Catinari, revela el designio de Dios sobre su vida. El 8 de Septiembre de 1832, en una humilde habitación de Vía dei Falegnami, nace la Congregación de las Hijas de la Divina Providencia. Inicia así, en el corazón de Roma, una humilde misión educativa para los niños más pobres, una escuela como señal de gratuidad y servicio. La única pedagogía es el amor, un amor que previene, que perdona, que anima, que orienta hacia Dios y Madre Elena Bettini no se cansa de repetir a sus hijas de ayer y de siempre: |
“Enciéndanse de caridad que les haga sentir vivamente los intereses de Dios y del prójimo … Hagan el bien a todos…” En la pobreza más desconcertante esta aventura, cuya fuerza está en un abandono filial en la Providencia del Padre, experimenta los milagros de la fe. La página del evangelio que Elena Bettini está llamada a vivir, con el don de un Carisma nuevo, es un himno a la Divina Providencia: “Miren los pájaros del cielo… el Padre celestial los alimenta… Observen como crecen los lirios del campo… ni Salomón vistió como uno de ellos… no se preocupen por el mañana… Busquen primero el Reino de Dios!” La fe simple y serena en el amor del Padre ilumina también las noches más oscuras de la naciente Congregación que bajo la protección de María, Madre de la Divina Providencia, llega a ser un punto de referencia, un centro de acogida y de luz, crece como la pequeña semilla de la parábola. Elena Bettini muere el 21 de Diciembre de 1894, en Roma, Casa Madre, pero hoy está más viva que nunca e intercede por cualquiera que la invoca. |
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